
Me he percatado que la sexualidad, por lo menos la mía (y estoy segura que la de muchas mujeres más), es un tanto cíclica. Es como un efecto que lleva consigo la homosexualidad femenina, llamada lesbianismo (me carga esta palabra, ¿puedo no ocuparla?). Existe una cierta dualidad, creo que son pocas las mujeres que son homosexuales puras, obstinadas, de esas que sólo les gustan las mujeres y sólo se meten con mujeres y que nunca se lo han metido porque no les gusta. Y es admirable, me agrada que dentro de esta minoría, exista otra minoría de mujeres 100% gay. Me gustaría me sucediese, habrían menos cosas cuestionables (i.e ¿en que minuto quedaste desnuda con tu amigo? O más bien ¿por qué?). Sin embargo, la mayoría de esta minoría comparte un fenómeno dual, en donde hay esta atracción tremenda hacia las mujeres, pero existen excepciones para ciertos hombres. Aclaremos sí, que el producto de estas relaciones no es el mismo; con una mujer se buscan resultados emocionales, con el hombre es meramente sexual. Y luego de esta reflexión caí, como siempre, en mi fórmula empírica. Y pensé que llegar a una cierta claridad me iba a tomar más tiempo. Bueno esta vez, que es lo curioso, no tuve que esperar tanto, no está 100% resuelto, pero ya lo tengo un poco más claro. Soy lesbiana, (no sé porque de un minuto a otro se me hizo tan necesario hablar de esto, debe ser este deseo terrible de querer encontrar pareja, quién sabe) y me ocurre esta dinámica cíclica que comenté en un comienzo. Puedo relacionarme sexualmente con hombres, aunque esto tiene su condición, ya que entran en esto sólo aquellos con los que ha pasado algo antes (entiéndase a este antes como el período 100% hétero). Luego, no me es cómodo conocer a hombres nuevos, (no existe deseo sexual), pero con hombres con los que he tenido alguna relación sexual (atracción entre sexos) me siento cómoda, incluso grata (se agradece). Es más, aunque busque relaciones emocionales sólo con mujeres, podría, incluso, hacer alguna excepción de este saco de hombres (no es que sean tantos tampoco), dependiendo, obviamente del grado de comodidad. Esta generalidad la alcanzo después de la media paja mental y ciertas averiguaciones. Y resulta bastante aliviante saber que esta suerte de bisexualidad sucede en la mayoría de los casos (de esta minoría). De repente era inevitable sentirse un tanto ganadora, como homo-winner, bueno tampoco pasa siempre. De hecho, si estoy media arriba de la pelota busco desesperadamente a una mujer y si no resulta, se acaba la búsqueda. No está estipulado, nunca, atinar con un hombre (ir en la búsqueda de algún desconocido), es raro, en esas circunstancias ni siquiera se me pasa por la cabeza, prefiero irme sin nada antes de irme con un hombre… ves, ahí vuelvo a ser lesbiana, de aquellas recalcitrantes, bueno hasta que pasa uno de estos amigos y te estimula (o te estimulas) y se sigue con el ciclo. Aunque, aquí entre nos, es como jugar frontón, donde la que gana siempre voy a ser yo.